El concepto de remodelación corporal consiste en moldear la silueta o zonas concretas del cuerpo a través de diferentes técnicas estéticas. Cada uno de estos tratamientos depende de la zona a tratar y de las condiciones de cada paciente.
La remodelación corporal está orientada a cualquier persona que quiera cambiar alguna parte de su cuerpo. En especial para los siguientes grupos de pacientes:
En una primera fase, y a través de una o varias incisiones de 2-3 mm, que se sitúan en zonas poco visibles, se humedece con suero y anestesia la zona adiposa a eliminar. La cantidad de anestesia suministrada daría para eliminar medio litro de cada lado, o un acúmulo abdominal de un litro. Si el paciente desea quitarse una mayor cantidad, se programan varias sesiones separadas por un día o dos.
En una segunda fase, a través de esa incisión se introduce la fibra óptica que conduce la energía láser y se hacen múltiples pasadas recorriendo el compartimento adiposo en movimientos similares a tocar un violín, produciendo una quemadura interna repartida por la zona a tratar.
En tercer lugar, se procede a realizar una liposucción tradicional, extrayendo el tejido adiposo quemado mediante una cánula fría.
Finalmente, ponemos una prenda de compresión (faja específica), que ayuda a cerrar todos los espacios muertos dejados bajo la piel. Esta compresión debe mantenerse varios día seguidos para limitar la posibilidad de inflamación.
El paciente acude a primera cura a los cuatro-cinco días para retirar la faja y quitar los puntos (un punto en cada pequeña incisión). A partir de entonces se comienza un seguimiento con uso continuado de faja y masajes de drenaje linfático las tres-cuatro siguientes semanas. A los seis meses se evalúa el resultado.