Lo primero que hacemos es pintar las zonas a tratar con un rotulador. Este es un momento importante, pues la paciente toma parte activa en decidir hasta dónde llegar con la extracción de grasa, dónde ponerla, si se hace también transferencia etc. Después, tras realizar fotografías, pasamos al quirófano donde el anestesista duerme al paciente con anestesia general. Mediante unas pequeñas incisiones, introducimos el suero en la grasa.
Por las mismas incisiones, se introduce la cánula del Váser que transmite los ultrasonidos (vibración longitudinal de 20000 movimientos por segundo). Esto crea un daño térmico por rozamiento y una disrupción del tejido adiposo. Coagula los pequeños vasos sanguíneos, dándose menor sangrado y menor inflamación, dejando al tejido adiposo listo para ser extraído.
Utilizando las mismas vías de abordaje, se realiza la liposucción tradicional. La grasa sale muy limpia y es perfectamente útil para procesarla y transferirla a cualquier zona si el paciente lo decide así.
En esta fase, se realiza un masaje para expulsar en lo posible el suero sobrante y se repasa manualmente el resultado del lipovaser realizado. En el dibujo adjunto, se aprecian las áreas libres de grasa y los septos fibrosos que quedan entre la piel y los músculos subyacentes. Estas estructuras condicionan la flacidez, que es menor tras el uso del vaser, ya que el calor contrae las fibras de colágeno. En este momento se puede usar el RENUVION si se sospecha más flacidez de lo normal, ya que esta máquina nos da picos de casi 100 grados de temperatura y es más eficaz contrayendo las fibras de proteína.
Colocamos una faja que produce gran presión externa, lo que ayuda a la obliteración de los espacios muertos dejados tras la liposucción. Es importante mantenerla puesta sin quitar para nada ni mojarla un mínimo de 5 días, ya que la inflamación es progresiva según pasan las horas, dando el pico máximo alrededor del tercer día
Por las mismas incisiones, se introduce la cánula del Váser que transmite los ultrasonidos (vibración longitudinal de 20000 movimientos por segundo). Esto crea un daño térmico por rozamiento y una disrupción del tejido adiposo. Coagula los pequeños vasos sanguíneos, dándose menor sangrado y menor inflamación, dejando al tejido adiposo listo para ser extraído.